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Entrevista en la publicación estadounidense representante de artículos de LA REPUBBLICA “AMERICA OGGI “. Nota de tapa de la Revista dominical, del Domingo de Pascua de 2013.

por FRANCO BORRELLI

(Tapa)

“¿UN TANGO PARA EL PAPA?”

ROSA ANTONELLI, nació en Argentina, posee cultura y antepasados italianos y ciudadana estadounidense por mérito. La pianista Rosa Antonelli recuerda sus raíces de Molisane y la gran admiración por el nuevo PAPA Francesco.

(Artículo)
Conversando con la pianista Rosa Antonelli
Muchas culturas se reflejan en talento pianístico que dios le ha dado a Rosa Antoneli. Argentina de nacimiento, italiana de origen y estadounidense por opción ¿Quién puede ser más multiétnica? Tuvimos la oportunidad de conocer mas sobre su persona y hablar sobre el lanzamiento de su nuevo CD, “Remembranza” (Albany Records), con el subtítulo: “Recuerdo de sonidos latinos”. Las piezas son poéticas, evocativas y sumergidas el espíritu de Piazzolla, Villa-Lobos, Nazaret, Granados y Albéniz. Pero antes de llegar al alma de Rosa y conocer sus gustos artísticos, estábamos ansiosos de tener una conversación sobre otro maravilloso ítalo-argentino supremo, el Papa Francisco, que ha recientemente llegado al trono de Pedro.

¿Qué opinas como artista ítalo-argentina, sobre el papa ítalo-argentino Francisco I?
Me complace saber que el nuevo Papa es argentino con descendencia italiana y a su vez encuentro algunas coincidencias interesantes en la historia de su vida y la mía. Por ejemplo, ambos estudiamos filosofía. Su padre era empleado ferrocarril, al igual que uno de mis abuelos, Antonio. Me crié en una ciudad cercana a San Miguel, en la provincia de Buenos Aires, y el Papa Francisco estudió filosofía y teología allí. Cuando era estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras en Buenos Aires, escuché mucho acerca de él, cuando él iba ascendiendo en la iglesia católica, y lo admiré mucho. Yo también tengo un impulso religioso, cuando era niña quería ser monja, pero mi madre me convenció de que mi futuro estaba con la música. Yo practico el catolicismo, pero como nuestro Papa, yo creo que todas las religiones adoran al mismo dios. Después del ataque terrorista de 1994 a una institución judía en Buenos Aires, que estaba a tres cuadras de mi casa, líderes de la comunidad judía del mundo señalaron que las palabras y acciones de Francisco “demostraron solidaridad con la comunidad judía”. Creo que es debido a su humildad y sencillez, que vienen de una riqueza espiritual del conocimiento y un enorme deseo de ayudar desde el corazón, todo el mundo se beneficiará de su liderazgo y ejemplo. Yo trato de tener humildad y sencillez como persona y como artista, permitiendo que el espíritu de los compositores y sus ángeles fluyan a través de mí. De la misma forma, Francisco es humilde y sencillo, y esto permite que el verdadero espíritu de Dios fluya en él. También como artista, concertista de piano, me encantaría honrarlo con una función, celebrando su merecida elección como cabeza de la iglesia católica y soberana del Estado Vaticano.

¿”Remembranza”, memoria y recolección de ritmos latinos solamente? ¿Memoria de quién y para qué?
El título “Remembranza” simboliza mi amor por la música latinoamericana que tomó forma durante los años que viví en Argentina, Brasil y España. Cada uno de estos países tiene su propio estilo, por lo que, llamarlos “latinoamericanos” es un poco simplista. Por ejemplo, Granados y Albéniz se relacionan muy superficialmente con Villa Lobos o Ginastera. ¿Y entonces, qué decir de Piazzolla? Un argentino de ascendencia italiana que estudió en Europa y Estados Unidos. Uno podría escribir un tratado sobre sus relaciones. Yo tengo descendencia italiana, y algunos de mis recuerdos más preciados pertenecen a mis actuaciones en Italia, particularmente en el Palacio Visconti y en el instituto Iberoamericano de Roma, en Venecia y Nápoles. Así que creo que seguro que hay una comprensión innata entre los sentimientos italianos y los latinoamericanos para la música: ambos son románticos, sensibles y líricos. Por ello, en muchos sentidos, Remembranza resume la manera en que todas mis experiencias encuentran su cumplido en mi camino de mis días más cerca del Atlántico Norte.

Prestando atención, está lleno de melancolía y nostalgia, aunque también es rico alegrías repentinas ¿Con cuál de estos se identifica más y por qué?
Las emociones mas poderosas para mí son la nostalgia y la melancolía, porque simbolizan las luchas de muchos inmigrantes, como mi familia, que llegó a Argentina con la esperanza de escapar de los horrores de la segunda guerra mundial y empezar una nueva vida en un nuevo hogar. Sin embargo, me resistí a estos sentimientos durante mucho tiempo, tanto es así que ni siquiera tocaba tangos, los despreciaba. ¡Tal mezcla de pasión y drama! Pero uno debe enfatizar en este ritmo es mas que melancolía o pasión. Las alegrías repentinas, para mí se comparan con aspiración para el futuro. Por esta razón Esperanza está subtitulada sonidos de esperanza.

¿Cuándo comenzó a tocar el piano? ¿Y cómo explicar la elección de este instrumento particular?
Mi motivación inicial probablemente vino de mi madre, que era una cantante de ópera que cantaba todo el tiempo durante mi infancia… así me sentí conectada a la música inmediatamente. Además, la mayoría de mis familiares eran músicos aficionados, que tocaban diferentes instrumentos. Pero mi relación con el piano comenzó de manera “misteriosa” porque algo acerca del instrumento me atrajo inmediatamente, incluso antes de que yo lo tocase. Cuando estaba en el jardín de infantes, vi un piano de cola y le dije a mi madre que quería tocarlo. Empecé a tocar el piano cuando tenía 4 años. Mi primer concierto lo interpreté teniendo siete años. Estaba muy nerviosa antes de salir al escenario, pero una vez allí, se sentía tan natural, tan confortable. No me entusiasmaba demasiado tener una muñeca o un vestido nuevo. Lo que me hacía más feliz era cuando me anunciaban que iba a tocar un concierto. Además de mi madre, creo que la persona que más me influyó como pianista fue mi primer maestra de piano: María Luisa Carfi.

¿Piazzolla, Gianneo, Guastavino… existe algún toque especial italiano en ellos? Y, si es así, ¿Dónde lo encontramos?
Creo que la herencia italiana compartida por estos compositores impregna en su música de manera instintiva, incluso espiritual. Hay una presencia más allá del análisis, sugerida más que explícita. Aunque no olvidemos que todos estos compositores no sólo se inspiraron en sus antepasados sino que todos obtuvieron becas para estudiar en Europa, por lo que influencia no era meramente anecdótica o “mística”. Piazzolla tenía más que un toque italiano. Él hijo único de padres inmigrantes italianos. Su abuelo era un marinero de Trani, Apulia (Italia). En la década del 30´, la familia vivió en “Little Italy”, en Manhattan. Cuando formó un octeto de música de cámara, casi todos los músicos eran de descendencia italiana. Su maestro, Alberto Ginastera, era de herencia italiana. Las fuertes raíces italianas de Piazzolla lo siguieron toda su vida, como se demuestra en 1959 cuando murió su padre. El Tango que escribió dedicado a su padre se llamaba “Adios Nonino”, del nombre cariñoso que llamó a su padre, Nonino, que viene de la palabra italiana “nonno” (que significa abuelo). Por cierto, interpreto “Adios Nonino” en este CD, Remembranza. Gianneo nació en Buenos Aires en una familia musical de inmigrantes italianos. Se desempeñó como organista en la iglesia de San Francisco. En 1938 recibió un premio de la Comisión Cultural Nacional para visitar Italia, entre otros lugares, para absorber las últimas tendencias musicales. Uno de sus hijos nació en Roma. Guastavino es obviamente un nombre italiano y tiene muchas influencias europeas. La mayoría de su música está escrita por canciones particularmente desde el estilo del Bel Canto de las óperas italianas de Bellini, Rossini y Donizetti.

¿Has tenido influencia de otros grandes pianistas argentinos como Martha Argerich o Daniel Barenboim? ¿Qué otras influencias has tenido? (italianas en particular)…
Hay una gran conexión con Martha Argerich: yo estudié con maestros que fueron alumnos del profesor de Martha, el italiano Vicente Scarmuzza, por lo que siento de esa manera cierta conexión con ella. Otro italiano, cuya música me ha sido una gran influencia fue Domenico Scarlatti. Sus sonatas son una fascinante combinación de encanto melódico italiano con invención rítmica y armónica española. En cuanto a Daniel Barenboim, yo diría que une en su persona las inclinaciones musicales germánicas y latinas y demuestra que una persona puede vivir en ambos mundos. Esto me recuerda al pianista chileno Claudio Arrau, uno de mis primeros ídolos.

¿Qué conexión, no sólo artística, tiene con la “vieja” Europa, especialmente con la región mediterránea?
Mi familia solía reunirse regularmente para tocar y cantar las canciones hermosas que inspiran los italianos dondequiera que vivan, por ejemplo: “O Sole Mio”, “Torna A Surriento”, “Mamma”, “Cuore ´ngrato” y otras canciones del irresistible folklore italiano. La familia de madre tenía una granja en Isernia, Molise, cerca de una hora y media de Roma, localizada en la ciudad es Sant’Agapito. Guardo en mi corazón y en mi mente su paisaje y a menudo voy con mi imaginación para meditar y relajarme. Viví y estudié en España e Italia. Tengo muchos amigos en Grecia, España, Francia meridional, Líbano, Egipto e Israel. Hasta el momento puedo decir que soy mediterránea. Antes de mudarme a Estados Unidos, tuve la idea por mucho tiempo de que debía regresar a Italia.

Ciudadana estadounidense desde 2006, Argentina de nacimiento, Italiana de origen: ¿Con qué te identificas más?
¿Puede alguien ser verdaderamente italiano sin vivir en Italia? Considero que sí. Claro que soy argentina también, pero creo que comparto esa “doble nacionalidad” y no me refiero sólo para el uso de diferentes pasaportes, es algo es característico de las familias de inmigrantes en todo el mundo. Y ahora que soy oficialmente estadounidense, siento que pertenezco igualmente a cada uno de los tres países. Esta riqueza de experiencia y la pluralidad de “identidades” de alguna manera son fundamentales para mi vida musical.

¿De qué parte de Italia vuestros antepasados provienen? ¿Cuál es el vínculo que estableces con los lugares de tus antepasados italianos?
Como mencioné, mi madre y sus padres eran de Molise, de las montañas. En su ciudad de Sant’Agapito se levanta en una colina, y tiene una hermosa vista del valle. Tengo la casa de mis padres, en el lado de una gran colina que domina el valle y el río. La casa fue reconstruida por el gobierno italiano después de la segunda guerra mundial y también luego de un terremoto devastador. Me encantaba ir allí a visitar y pasear entre todas las fincas y habitaciones donde almacenan los alimentos caseros; salsas, aceitunas y frutas, etc.. Disfruté mucho viendo cómo hacen el vino, pisando fuerte con sus pies. Mi prima, Lucia todavía vive allí, sus cinco hijos estudian arte en la Universidad de Nápoles. En Isernia todos mis parientes organizaron un concierto cuando falleció mi madre, en el cual yo toqué. Se celebró el día de su cumpleaños, el 18 de agosto, que también es la fiesta del patrono Sant’Agapito. Aquella actuación fue muy emotiva para mí, me sentí como en casa, en mi hogar.

¿Qué te significó tener descendencia italiana en Argentina durante tu adolescencia?
No fue fácil para mí llevar a cabo mi amor por la música cuando era niña y adolescente. No tuve mi propio piano para practicar hasta que tuve catorce años. Debí luchar con el nuevo idioma español porque en casa todos hablaban italiano. También sufrí viendo a mi mamá, que tenía una prometedora carrera como actriz y cantante de la ópera en Italia, no poder verla seguir su pasión artística. A pesar de que mis padres fueron de realeza en Italia, debido a la guerra, cuando huyeron hacia Argentina, mi familia perdió todo, menos la esperanza. Mi madre tuvo que trabajar para llevar comida a nuestra mesa, planchando camisas y haciendo tareas domésticas para los demás. Mi padre, como tenía sólo 15 años cuando tuvo que luchar en una horrible segunda guerra mundial, quedó traumatizado psicológicamente durante toda su vida y nunca se recuperó. Mi madre y yo agradecimos a dios mi abuelo Antonio (que lo llamaba “papanoni”), el padre de mi padre, siempre estuvo cerca nuestra y realmente fue “papá” en mi vida. El padre de mi madre murió el día después de que ella se casó y fue un arquitecto. Con todo ese contexto, no nos alcanzaba el dinero para comprar un piano! Mi profesora de piano vio qué pasión tenía con el piano y era como un ángel para mí. Tenía una pequeña casa de huéspedes en el patio trasero con un piano y me permitía practicar allí hasta tarde en las noches. Esa era mi “lugar secreto”. Cuando mi madre no me encontraba, sabía dónde debía buscarme. Mi mamá, junto con sus hermanos, vendió una de sus propiedades de Italia que estaba aún en pie, y con la parte de ella me compró de sorpresa un piano de cola, que aún lo tengo en mi casa. Como no era suficiente esa suma de dinero para adquirirlo, ella tuvo que seguir trabajando para pagar la diferencia. Yo tenía 15 años.

¿Cómo empezó la idea de vivir en Estados Unidos? Por la situación sociopolítica del país, o por motivos culturales o artísticos?
Hubo dos razones importantes. En un periodo de ocho meses, mis familiares mas cercanos y grandes amistades fallecieron: mi madre, mi abuelo y mi profesor, Alberto Caamaño. Fue devastador y necesitaba irme. También, la situación sociopolítica en los años 90 se estaba volviendo muy incierta y empeoraba. En el sector cultural y artístico era imposible crecer. Yo era jefa de cátedras de piano en el Conservatorio Provincial de Buenos Aires en la Universidad y, por ejemplo, era muy difícil mantener los pianos afinados. No podríamos organizar muchos conciertos o eventos musicales porque no había ningún dinero para financiarlos. Aun teniendo el deseo, a último momento existía incertidumbre y temor. Mi primera opción era vivir en Europa, pero sólo por casualidad, me ofrecieron ser artista de Steinway. Esto significó que debí venir a Estados Unidos, específicamente a Nueva York. Como un nuevo inmigrante, debí adaptarme, aprender un nuevo idioma. Y cuando vi el desastre del 11 de septiembre en televisión, no sabía si mostraban un hecho real o de ficción. Estaba petrificada. Ahora soy estadounidense, y la música me ayuda a tener esperanza en el futuro.

¿Qué planes tienes para el futuro? ¿Tienes otros álbumes en preparación?
Haré varios conciertos en Nueva York presentando mi nuevo CD, “Remembranza”. Además, el 8 de mayo, mi cumpleaños, presentaré mi libro “El espíritu de la técnica e interpretación: para docentes y estudiantes” en el Consulado Argentino. Tengo otra propuesta para un nuevo CD, una recopilación de todos los tangos de compositores argentinos. Mas adelante, tengo planes de tocar en Brasil, Argentina, Colombia y Europa. Y en mi corazón, también existe el deseo de tocar en el Vaticano, especialmente por el Papa Francisco.